Historia del pleito Messi y Luis Enroque. Viene de lejos

Messi y Luis Enrique no se hablan desde hace semanas
RELACIONES ROTAS

La verdadera historia del enfrentamiento entre Messi y Luis Enrique
No se hablan. Luis Enrique y Leo Messi están enfrentados. Hace tiempo que la falta de 'feeling' entre ambos es total

Messi y Luis Enrique no se hablan desde hace semanas Valentí Enrich

JAVIER MIGUEL
7-1-2015 | 00:00 H.
Las relaciones entre Luis Enrique y Leo Messi están rotas. No se hablan. Y no es fruto de un mal momento, de un mal día. La historia viene de lejos, muy lejos. De hecho se remonta a la primera rueda de prensa del técnico asturiano. Aquel día, Luis Enrique afirma con rotundidad que "yo soy el líder del equipo". Una frase que deja atónitos no solo a la estrella argentina si no a buena parte de la plantilla barcelonista. Quedan asombrados que el nuevo, el flamante entrenador no tuviera unas palabras para aquellos jugadores que habían convertido al Barcelona en el mejor equipo de la historia. Eso sí, Messi prefirió callarse. Optó por esperar como evolucionaba la historia en las siguientes semanas. De la misma opinión fueron otros miembros de la plantilla barcelonista.

Pero no pasaron muchos más días para que Leo Messi viera por dónde iban a ir los tiros. El delantero argentino, que ya había visto como dos de sus grandes amigos de la plantilla Cesc y Pinto se iban del club, se enteró que Luis Enrique había pedido a la directiva que apartara a Pepe Costa de cualquier relación con el primer equipo. Costa es amigo íntimo de Messi y el argentino se quedó pasmado cuando se enteró de esta posible marcha. Hubo unos días de incertidumbre en los que se estudió que hacer con Pepe Costa. Bartomeu quedó sorprendido del malestar que causó en la plantilla el despido de Txema Corbella y por ello frenó la marcha de Pepe Costa para alivio de Lionel.

El siguiente enfrentamiento entre Leo Messi y Luis Enrique se produjo después del partido entre el Barcelona y el Celta en el Camp Nou que terminó en la primera derrota liguera del equipo en su estadio. Después de la derrota se produjo el primer enfrentamiento entre ambos en el vestuario. El crack argentino le recriminó al técnico que no alineara los jugadores idóneos para que el equipo ofreciera el mejor juego posible. Messi entendía que no había podido ofrecer su mejor versión por carecer de compañeros que facilitaran su juego. Leo creía que Luis Enrique debía haber apostado por jugadores que posibilitaran el estilo de juego habitual del Barcelona.

A partir de ese momento las relaciones entre Messi y Luis Enrique pueden considerarse enquistadas. Desde ese día técnico y estrella se dejaron de hablar. Dos personalidades con carácter fuerte que chocaron y nadie en ese momento supo reconducir la situación.

No era la primera vez que Messi tenía un enfrentamiento con un entrenador. Con Guardiola había tenido sus más y sus menos en diversas ocasiones a lo largo de los cuatro años pero en esas ocasiones Leo siempre había recibido los consejos de Seirul.lo o del malogrado Tito que permitían reconducir la situación. Ahora es imposible porque la opinión de Messi acerca de Unzué, Joaquín Valdés o Robert Moreno es muy mala y les ignora.

De mal en peor

Si desde ese fatídico día del partido contra el Celta no se hablan, los acontecimientos se precipitaron en los últimos días. Especialmente duro fue la sesión preparatoria del viernes, día 2 de enero. En un entrenamiento abierto para familiares y amigos de los jugadores, Luis Enrique y Leo Messi se insultaron delante de todos, con frases altisonantes y ofensivas y amenazas.

Horas después, de nuevo entrenador y jugador se enfrentaron cara a cara. Fue en el vestuario de Anoeta, al término de la derrota del equipo ante la Real Sociedad. Messi mostró su disconformidad con la suplencia y que tuviera que salir en el descanso para intentar solventar la papeleta y evitar una derrota que iba a dejar muy tocado al equipo.

La guinda a estas últimas horas se produjo en el entrenamiento de puertas abiertas del lunes. A las diez y media y viendo que no acudía al entrenamiento Luis Enrique le pidió a Pepe Costa que le llamara por teléfono. Cuando este le dijo que no contestaba mandó que llamasen a Antonella pero esta tampoco respondía a las llamadas.

En aquel momento Luis Enrique se planteó expedientar al jugador por un acto grave de indisciplina, pese a que el club lo desmiente. Estaba dispuesto a una sanción ejemplar y fueron los capitanes del equipo quienes le convencieron para que diera marcha atrás y lo dejara todo a expensas de la reunión de esta mañana.
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