Pablo Picasso será interpretado por Antonio Banderas

Antonio Banderas será por fin Pablo Picasso en la película 33 días, a las órdenes de Carlos Saura. El rodaje, en principio, podría arrancar en la próxima primavera.

Antonio Banderas será, por fin, Pablo Picasso

El actor malagueño ha retomado las negociaciones para interpretar al pintor del Guernica.

MANUEL ROMÁN 2015-01-03
Si no se tuercen las negociaciones, iniciadas hace tres años e interrumpidas varias veces, Antonio Banderas será por fin Pablo Picasso en la película 33 días, a las órdenes de Carlos Saura. El rodaje, en principio, podría arrancar en la próxima primavera. Las razones por las que el proyecto no se haya llevado a cabo hasta la fecha son varias, pero la principal es su elevado coste. La productora que en un principio estaba dispuesta a llevar a cabo su realización y que poseía los derechos del guión, firmado por el ya desaparecido Elías Querejeta, Carlos Saura y otro colaborador, resulta que entró en concurso de acreedores. Un encaje de bolillos –y de euros- han tenido que hacer quienes siguen interesados en llevar adelante esa historia, cuyo título (francamente, poco llamativo) responde al tiempo que tardó el pintor malagueño en terminar su tan traído y nunca mejor dicho llevado cuadro, Guernica.

Como se recordará Picasso recibió el encargo del Gobierno republicano de pintar un cuadro para el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París. Era el año 1937. Y se le ocurrió reflejar, mediantes figuras alegóricas, el bombardeo de la aviación alemana sobre la ciudad vasca, que ocasionó una terrible matanza de ciudadanos inocentes. "El toro es la brutalidad; el caballo es el pueblo", explicó entre otros detalles Picasso sobre el contenido simbólico del lienzo. Por adelantado, el agregado cultural de la República Española, Max Aub, satisfizo al pintor la cantidad de ciento cincuenta mil francos franceses, que aquel, en principio, no quería aceptar.

Eso serviría como argumento principal, entre otros, para que, cuarenta y cuatro años después, las autoridades españolas reclamaran al Moma (donde entonces se exhibía el "Guernica", en Nueva York), la devolución de la obra, incidiendo en una de las cláusulas previstas para ello por el propio artista: que en España se restableciera la democracia. Lo que no se satisfizo era el otro deseo de Picasso: que se colgara en las paredes de El Prado. Se exhibiría en el Casón del Buen Retiro.

Antonio Banderas no quiso, en un principio, aceptar el guión de 33 días, que iba a titularse previamente Guernica. Pero acabó tentado por incorporar el personaje de su ilustre paisano. Tal pasión pone cuando prepara un papel que contactó con Paloma Picasso, con quien se entrevistó para conocer detalles sobre su progenitor. Y ella le comentó: "Hablas con el mismo acento que mi padre". Desde los inicios del proyecto el propio Banderas sugirió que la actriz que debía acompañarle para ser Dora Maar no podía ser otra que Gwyneth Paltrow. Esta actriz norteamericana, amén de amiga de nuestro compatriota, habla perfectamente español, recordando la prolongada estancia que pasó, siendo estudiante, en el hogar de un matrimonio residente en Talavera de la Reina. Deberá recrear la vida de una fotógrafo que fue pareja sentimental de Picasso al que conoció en un café de Saint Germain-des-Prés, en París. El pintor se hallaba en compañía de Paul Eluard cuando fijó los ojos en una muchacha que ocupaba una mesa de enfrente. El poeta, a requerimiento de su amigo, hizo las presentaciones. Y al poco tiempo Dora Maar se marchaba a vivir al estudio de Pablo Picasso situado en la rue Des Grands Augustins. Hija de croata y francesa, hablaba correctamente español, aprendido durante su larga estancia en Buenos Aires. Fue la más inteligente y culta de todas las féminas que compartieron vida con el genial pintor, del que ella dijo: "Es tan extraordinario creador como un ser inmoral". Hubo de soportar que él mantuviera paralelamente relaciones con otra de sus amantes, María Therèse Walter, y el desprecio del artista en los días finales de su larga convivencia, cuando le echó en cara no haberle dado descendencia.

La película 33 días, quedó dicho al principio que reflejará las casi cinco semanas que invirtió Picasso en pintar el cuadro Guernica, teniendo como excepcional testigo de su evolución a Dora Maar, quien fotografió con sus cámaras todo aquel proceso, en el que el malagueño rehízo varias veces sus bocetos. Naturalmente, alrededor de esa historia pululan los personajes que frecuentaba la pareja, entre ellos el escritor José Bergamín, que podría desempeñar en la pantalla un antiguo amigo y colega de Antonio Banderas: Imanol Arias. Picasso ha sido objeto de una serie de películas documentales a lo largo de su larga vida. Una de ellas está fechada en 1956, El misterio Picasso, realizada por Henri George-Clouzot. Por esa época, su gran amigo Jean Cocteau contó con su presencia en el filme La caída de Orfeo. Y Alain Resnais filmó precisamente otra cinta titulada "Guernica". Luego, han sido muchos cineastas y documentalistas los que se han acercado a la figura y obra del artista. En los últimos tiempos el gran actor británico Anthony Hopkins dio vida al personaje en Sobrevivir a Picasso, año 1996, sobre las relaciones de éste con Françoise Gilot. Y en el pasado año el madrileño Fernando Colomo dirigía, con guión propio, una historia relacionada con el pintor a quien se atribuía fuera sospechoso de intentar robar, con la ayuda de otros colegas, nada menos que "La Gioconda" en el Museo del Louvre.

Antonio Banderas está inmerso en este 2015 en un año de gran actividad. Acaba de rodar Altamira, con argumento sobre las cuevas cántabras. Espera el estreno de otros trabajos del pasado año (Autómata, Los 33, The SpongeBob Movie: Sponge Out of Water, su colaboración en Knight of Cups) y el inmediato rodaje que hemos comentado, 33 días. Antes, le espera recoger el 8 de febrero el Goya de Honor. A sus cincuenta y cuatro años, con noventa y tres películas en su filmografía, será el más joven actor en recibir dicha distinción.

En un periodo amargo, por otra parte de su vida: rota su unión matrimonial tras dieciocho años en común con Melanie Griffith. Le espera un duro divorcio, con unas cláusulas que se teme serán penosas. Reducirá sus encuentros con su querida hija Stella María del Carmen. Menos mal que parece haber encontrado un nuevo amor, la holandesa Nicole Kempel, asesora de una empresa de inversiones, y a la que llevó a conocer Málaga hace un par de semanas. Se les vio muy felices.

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