El Real Madrid campeón de Europa por undécima vez (1-1)

El Real Madrid se proclama campeón de la Champions 2016 al derrotar al Atlético de Madrid. Zidane, a la élite técnica en sólo cinco meses. El francés gana su tercera Champions con el Madrid: una como jugador, una como segundo entrenador y otro como máximo responsable. Cristiano: "Le pedí a Zizou tirar el quinto porque sabía que era el de la victoria".

REAL MADRID 1 (5) - ATLÉTICO MADRID 1 (3)

Así se narró en el mundo el penalti ganador de Cristiano
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La final en imágenes
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La Undécima más dramática

De la Décima a la Undécima va un número. El 4, el de Sergio Ramos, el del hombre que besó el cielo de Lisboa y conquistó el suelo de Milán. Como si el tiempo nunca hubiera pasado, como si el balón colgado fuese el mismo, da igual con la cabeza que con los tacos, pero siempre con el alma. El gol de Ramos, el gol de la final, el gol de la Décima, el gol de la Undécima. El hombre que levantó la Champions al cielo de San Siro, más que un héroe en la historia del Real Madrid.

Quien después de lo de Lisboa creyera que no había una forma más agónica de ganar una Champions o cruel de perderla no sabía lo que iba a pasar esta noche en San Siro. Para el Atlético es un sufrimiento continuado, no sólo por la tercera final consecutiva perdida entre tanta crueldad, es que el ladrón de las dos últimas Copas de Europa ha sido el eterno rival, el vecino del once.

El penalti de Juanfran al palo está en la historia negra del Manzanares. Él, que tanto había celebrado su lanzamiento contra el PSV, él, admirado y adorado en el Calderón, tuvo que ser el que negara la gloria a su equipo.

Falló, el único, y una milésima de segundo después Cristiano lo entendió todo. El máximo goleador de la historia del Real Madrid necesitaba una guinda al pastel. Dio un paso hacia el área, hacia el punto de penalti, hacia la retina de todos los madridistas del planeta, hacia la memoria del fútbol, hacia la Historia del Real Madrid. Marcó, venció, un grito recorrió la nación blanca, sin territorio pero con bandera, un "Goooooooool" de los que se atrancan en la garganta y acaban en gallo o lágrima. Un grito de campeón.

El partido fue tenso y pudo caer en los 90 minutos hacia cualquier lado. Bale, enchufadísimo, dio el primer susto con un zapatazo de falta que tocó Benzema y sacó Oblak, un hombre al que los milagros se le agotaron en la tanda de penaltis pero que fue gigante con la bola en juego.

Pero el Madrid avisa una y no más. En el 15' Kroos botó una falta que peinó Bale y que rozó con los tacos, en fuera de juego, Sergio Ramos. La bola se resbaló por el costado de Oblak y acabó en la red. Otra vez el de Camas, ahora capitán, otra foto de Champions.
Pudo matar el Madrid, pero empezó a cavar la trinchera y se escondió en ella. Donde antes tocaba y jugaba al escondite con la bola mientras el Atlético correteaba en un pilla-pilla sin premio, ahora eran los de Simeone los que dominaban y encerraban a los de Zidane. Pero hasta que en el descanso no salió Carrasco no cambió la historia.

Tardó un minuto el Atlético en demostrar que quería la Copa de Europa. Pepe derribó a Torres y el colegiado señaló penalti. Griezmann se acercó a la bola con la imagen de Keylor deteniendo su penalti en Liga en el Calderón y la reventó al larguero. Donde otro equipo se hubiera hundido, el equipo no dejó de creer, fiel a su creencia aunque con otro estilo. El Madrid le obligó a ser Barça y Bayern contra Atlético.

Perdonó el Madrid. Modric volvió a ser Baryshnikov mientras tuvo piernas para ello. Dejó a Benzema solo frente a Oblak, pero el galo se estrelló en un muro infranqueable. Como Cristiano, quien olvidó por un momento que las bicicletas son para el verano y no cuando puedes definir el 2-0 y finiquitar una final. Y la salida de Kroos dejó desequilibrado al Madrid.

Se acercaba el final por en la mente rojiblanca sólo pasaba una venganza de Lisboa con todas las de la ley. No fue lo mismo en el 93' que en el 79', pero el gol de Carrasco dejó tocado al Madrid y al madridismo, que se vino abajo pensando en todas las veces que ellos se habían reído del amigo, del vecino, del compañero de clase, temiendo ser ahora objeto de burla para la eternidad.

Pero el marcador no se movió hasta los penaltis y la historia se hizo Historia. Lucas, Marcelo, Bale, Ramos y Cristiano, cinco lanzamientos para siempre, cinco tiros que el madridismo recordará toda la vida. Había mucho en juego y muchas gargantas secas hasta el fallo de Juanfran.

Al Atlético no le quedará consuelo. La Liga de Campeones seguirá siendo su obsesión. En los manuales de la vida se dice que el amor es más intenso antes de consumarlo. En esos momentos en los que recuerdas el sabor a la miel de sus labios y sueñas con la siguiente dosis de su beso. El Atleti sigue enamorado de la Champions y no parará hasta levantarla en volandas.

Pero la historia es blanca. Una temporada que empezó 'Highway to hell' termina 'Stairway to heaven'. No, no iba a durar dos años. Sigue siendo posible que dure toda la vida. El madridismo dormirá en el Undécimo cielo.

ruben.jimenez@marca.com
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Zidane, a la élite técnica en sólo cinco meses

El francés gana su tercera Champions con el Madrid: una como jugador, una como segundo entrenador y otro como máximo responsable.

Algo sabe Zidane del Madrid. Fue el jugador de un tiempo, la joya del Primer Florentinismo, quizás el mejor entre Di Stéfano y Cristiano.

Pero no sólo eso. Fue el goce técnico del madridista. El aficionado recuperó con él ese gesto de digestión estética del taurino. Para muchos, Zidane ha sido el arte. Por eso, aunque no hable mucho, quizás nadie conoce al madridista tan íntimamente como él, pues pulsó sus mayores asombros, admiraciones, gemidos incluso.

Zidane, en el césped, supo exactamente que le gustaba a la afición.

La conoce bien, pero también al club. En poco tiempo ha sido muchas cosas: segundo entrenador, responsable del Castilla, enlace de Directiva y Plantilla, casi director técnico, y se habló de él como embajador. De todos los iconos que proyectan al Madrid, Zidane es el incontestable.

Una de las mejores cosas que ha hecho Florentino ha sido darle al Madrid dos cometas, dos Di Stéfanos, dos jugadores-generación mundiales: Zidane y Cristiano.

Pero además de todo lo anterior, Zidane ha sido consejero del presidente. La especial relación entre los dos cierra el modelo. Florentino escucha a Zidane; Zidane recibe lo que ejecuta Florentino. Como una pared perfecta en la moqueta. Esto es ir más allá de la virtud de Ancelotti, que por un momento pareció el entrenador perfecto por su sabia gestión del acomodo.

La modernidad del Madrid
Zidane salva al Proyecto y a la vez lo mejora, incluso lo perfecciona, como si sólo pudiese funcionar por personalismos y hubiera estado esperando al francés.

Zidane fue el gran galáctico, y simboliza también su retorno. El Primer Florentinismo al rescate del Segundo. La Modernidad del Madrid citándose a sí misma, invocando una reciente Edad de Plata.

Esto le da al Madrid una base nueva, por fin superando los años 50. En esto se cumple parte del objetivo de Pérez, que buscaba el homenaje, la emulación, pero también, a su modo, la superación de Bernabéu.

Zidane, además de clave del Madrid actual, hombre-modelo, ha dejado asomar al entrenador. Su maestro Guy Lacombe contó cómo le ayudó en su inicio en el filial madridista: aprender el repliegue le dio las primeras victorias.

Algunos necesitan estudiar a Lacan para ganarse un vestuario. A Zidane le basta con entrar en uno. Pero su mayor acierto fue cambiar tras la derrota de febrero contra el Atlético. Había pasado un año desde el 0-4 en el Calderón, ese día en que «empezó todo». Un año de crisis. Se mustió la flor de Ancelotti, llegó la dislexia táctica de Benítez, y Florentino oyó pitidos después de mucho tiempo. Zidane reacciona justo ahí. Introdujo a Casemiro y exigió kilómetros. Pero hubo otro cambio. En Champions no dudó en enseñar al equipo a esperar. Si un equipo es una manta, Zidane la supo distribuir de manera justa. Se esperaba un Séptimo de Caballería ante el Wolfsburgo, pero no lo fue. La defensa, a medio camino entre el área y el medio campo. Espacio para contras, una prudencia activa, despierta.

Asomó un poco de cinismo, influencia quizá de los años italianos con Lippi. El alborotador del Bernabéu también sabía especular. Lejos queda ya aquella portada de L’Equipe cuando la polémica sobre su titulación: «¡Dejadle currar!».

Sólo Rijkaard había ganado la Champions como jugador y entrenador. La antigua Copa de Europa: Muñoz, Trapattoni, Cruyff, Ancelotti y Guardiola. El único Balón de Oro que lo consiguió había sido Cruyff.

Alcanza Zidane muy rápido una élite reducida. Ganar la Champions con la temporada empezada lo habían hecho recientemente Di Matteo con el Chelsea, y Del Bosque. Zidane iba a ser la nueva interinidad chic a lo Molowny, pero llega más lejos. Si el canario ganó la UEFA del 85, Zidane iguala la Octava de Del Bosque.

En una entrevista que recoge Santiago Siguero en su biografía, Zidane definió su esencia como futbolista: «Yo era, sobre todo, instinto; más que la técnica, yo lo veía todo un poco antes». Como entrenador no es muy distinto. «Al hablar poco, aprovecha para coger mucha información del entorno», ha dicho Cristiano.

La inteligencia espacial es similar. Lo que el control lograba para el jugador, lo consiguen para el entrenador una economía de gestos y una serenidad que parecen hábitos de la Cabilia. Zidane se rodea de silencio (aura, como la tuvo de futbolista), y con una sonrisa rodea la dificultad. Domina el medio a su modo flotante. De futbolista tuvo un ballet de controles; de entrenador, armas raras de timidez.

Timidez e instinto
El doctor Marañón (apellido bien madridista) al estudiar la timidez de Amiel distinguió entre el tímido inferior y el superior, el tímido dulce por superioridad del instinto.

Es un campeón que se ruboriza, y su leve reparo representa a todos los tímidos del planeta. Zidane supera la Humildad guardioliana con una delicadeza natural.

Es el Gary Cooper bereber del Madrid, su señorío perfecto, esta vez sí, plenamente conseguido, purificado de toda chulería. Su volea en la final de Glasgow había sido la gran epifanía merengue. Por primera vez sintió el Madrid que llamando a los 50 iba más allá. Más que mago, descargador de épocas, invocador, por clasicismo, de lo antiguo en lo nuevo.

Zidane consigue la 11ª Copa de Europa. Saltar de decena es como saltar de época. El Madrid renueva sus ídolos y en Zidane vibran en potencia Di Stefano y Kopa, Muñoz y Molowny, Del Bosque y Ancelotti. El Madrid está ya labrando de metales el siglo XXI.
http://www.abc.es/real-madrid/abci-zidane-elite-tecnica-solo-cinco-meses-201605290021_noticia.html



Final Champions 2016

El portugués habló tras ganar la Undécima
Cristiano: "Le pedí a Zizou tirar el quinto porque sabía que era el de la victoria"

Ganar la Undécima: "Es un momento muy especial, que merecían los jugadores y la afición, que siempre ha estado ahí. Es un momento mágico"Partido de Cristiano: "He tenido una visión, he visto que iba a marcar el gol de la victoria y le he pedido a Zizou tirar el quinto."Zidane: "Ha hecho un trabajo fenomenal y se lo merece porque es un señor, tiene humildad y estoy feliz por él."

Balón de Oro: "Va a venir de forma natural, soy el mejor marcador de la Champions y la hemos ganado. No estoy obsesionado con el ello."Nivel físico del portugués: "He marcado mas de 50 goles, eso es único en la historia."
http://www.marca.com/futbol/champions-league/final/2016/05/28/574a1201468aeb46468b4594.html


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http://deportes.atresmedia.com/el-chiringuito-de-jugones/cristiano_20160529574a205c4beb2888806693dd.html

http://deportes.atresmedia.com/el-chiringuito-de-jugones/zidane_20160529574a1bbb4beb288880668eaf.html

http://videos.marca.com/v/0_xicdinld-champions-league-final-resumen-del-real-madrid-15-13-atletico?count=0

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