La producción que mostró una gran labor


La producción que mostró una gran labor

Por Martha Colmenares

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Lo que es realmente mágico es llegar a conectar. Es chocar de mente y corazón con alguien o algo y descubrir de pronto cómo armonizan nuestros mundos, cómo vemos galaxias donde otros solo ven charcos de lluvia o cómo nuestras risas estallan al mismo tiempo y por las mismas razones… Porque sí, efectivamente, conectar es mágico.

Lo digo por algo tan hermoso como vital que me tocó vivir. Conocer el placer de los aplausos, eso me encantó. Pude sentirlo a modo personal. Yo soy muy como Cristiano Ronaldo que tiene firmeza al hacer uso de la palabra, y es por eso que dice con toda su majestad lo que siente de su propio yo. Son esas cualidades de The Best que me fascinan. Así pues se trata de un documental que me tocó realizar como productora general, musical, dirección general, y demás para un gran evento a nivel presidencial.

Cuando realicé el trabajo sentí que había hecho algo muy grande, iluminada por las estrellas, quizás desde el mismo firmamento me enviaron mensajes de aliento; y sí, quedó fantástico. La música de Intro muy bella, la de las transiciones, los puentes, los arcos de bajada en ese final de encanto.

Entonces yo no voy a venir aquí a renegar de una conexión mágica que se dio en el transcurrir de mi existencia, porque eso está latente y todo su entorno, el conglomerado que lo acompañó, las circunstancias, los personajes. Forma parte de mi, está en mis huellas, si algo no se borra son las huellas. Son esas con quienes se da la conexión entre de mente y corazón.


Para resumir, les cuento.

Mi querida Doña Blanca Rodriguez de Pérez, durante la segunda gestión de su esposo Carlos Andrés Pérez, organizo, un hecho histórico que será reconocido en su justa medida, el Primer Encuentro Latinoamericano y del Caribe de Primeras Damas celebrado en Caracas, Venezuela, desde el 1 al 4 de septiembre de 1991. 1991. Su hija Martha Pérez Rodríguez fue la Coordinadora de este Primer Encuentro, tuvo su equipo de alto nivel, ellas se alojaron en las instalaciones del hotel Eurobuilding.

A mi me correspondía, seguir con doña Blanca, en la actividad diaria, aparte de atender las relaciones con medios en La Casona, la residencia presidencial, con dos impostergables que estaban a mi cargo, compromisos que marcaron el dar todo para dejar como se lo merecía nuestra queridísima primera dama, ante todas esas colegas primeras damas que venían al encuentro. Una edición sobre su curriculum, eso aparte de la angustia porque no se apuraban a tenérmelo listo, se logró a media noche, y aquello, ese librito, que se los anexo en la foto quedó precioso, y el texto mi punto de vista es que me esmeré al hacerlo por supuesto, pero lo sometí a corrección de personas calificadas, así que fue un muy buen trabajo. La otra parte, el encargarme de realizar un video de cinco minutos, una especie de documental sobre su obra en el Banco de Sillas de Ruedas, Bandesir (a favor de las personas con discapacidad), de la cual era su presidenta honoraria.

Mi historia con el músico, Remo Chiarleta es larga, es que todas estos vivenciales son cuentos de nunca acabar, pero Remo un gran pianista, cuando lo conocí, era el músico del Canal de televisión del Estado, yo lo contacté, y claro, ya el hecho de ser la Directora de Información de la casa presidencial, tenía el aval para ser atendida de forma inmediata, más el apoyo del presidente del canal, que bueno, me sobran los elogios, etc (porque se me hace más largo).

El comedor principal de La Casona, con
Numancia (la primera), después Maria Eugenia, con tanto cariño que la recuerdo de la Fundación del Niño, y ésta que está aquí (algo gordita).  La pantalla de proyección estaba frente a nosotras, el comedor tenía unas puertas hacia un jardín, se encontraban todo mi personal asistente, cámaras, etc. 

El asunto para resumir es que terminé en su casa, su esposa encantadora, y yo le expliqué lo que quería, un intro clásico y una salida, una especie de arco progresivo, y no sé de dónde me salió, que cuando él se sentó en su órgano, para entonces, lo máximo, tenía registros de toda índole, desde el sonido de órgano Hammond hasta cualquier timbre orquesta, se podía hacer coros, incluso. Yo sorprendida de esa sofisticación, y le dije que siguiera el compás de mis manos y cabeza.

Al fondo a la derecha comenzaba mi oficina, la de Dirección de Información y  Prensa en la Residencia Presidencial La Casona año 1991

Y bueno, en mi impotencia de no saber escribir las notas, yo empecé a mover las manos como dirigiendo una orquesta, me concentré de tal forma y el tacatá, resulta que Remo me agarró en el acto lo que yo sentía, entonces yo bajaba rápido la mano derecha luego la subía, después matizaba al estilo de los glissandos, que compenetración, me la captó, así, así... y salió algo grandioso. Mi termómetro siempre ha sido en la producción musical, mi brazo, si no se me engrifan los vellos de mi brazo es que no me dice nada.

Luego, ya con la música, vino la parte de la la edición del video, instalarme con el editor, en el Ministerio de la Información, allá me trataban como si fuera ministra, pero ese tratamiento se convirtió en un afecto, en calidez, en que algo le transmitía mi presencia que lo hacían todo con unas ganas impresionantes. No significaba para ellos una sobrecarga. La selección de imágenes, los textos con el generador de caracteres, revisar los archivos, etc. Esa parte para mi del periodismo audiovisual es la que más me gusta, porque disfruto muchísimo los estándares en mí de la creatividad.

Para terminar el cuento, en el comedor principal con sus imponentes cuadros Las estaciones de Antonio Herrera Toro, grandes lámparas de cristal  se hizo la presentación. Alquilé la gran pantalla, y bueno para que tengan una idea es el espacio donde todas las primeras Damas se sentaron, aquí estoy yo con Numancia, en la foto, que es mi hermana en espíritu, y era en el recinto la Coordinadora de que las cosas en cada area marcharan muy bien, se puede decir que una hija más para Doña Blanca.


Ponerse el video, era en formato betacan (video cinta profesional), al rato comenzaron aquellas señoras a llorar y llorar, yo tenía no los brazos, sino todo el cuerpo electrizado, no podía creer aquello que estaba sintiendo ni menos las caras de emoción que veía en  ellas que cerca del final se levantaron de sus asientos para comenzar con los aplausos, aquello resonó muchísimo, fue una experiencia que me es difícil ser minuciosa sin caer en la extensión, se presta para que diga cantidad de cosas, tómese esto a manera de resumen, el ambiente era magia absoluta, producto de esa conexión que se dió ahí, en ese aire de unas vibraciones absolutamente atrayentes, quién podía resistirse a ello. Me presentaron como la productora y editora del documento, los de mi equipo, estaban todos; desde Sonia, mi secretaria, mi asistente Wilson (inolvidable para mi), el motorizado, mi equipo asignado de video, Madrid, el editor, Yony Trigo, ese gran fotógrafo oficial, se lo ganó, amigo, buena persona, los camarógrafos, parte de esas imágenes fueron captadas por ellas, y habían ido conmigo a Bandesir, con motivo de hacer una pre producción. Queridos míos cuanto los extraño, emocionados, sentían ese orgullo por su jefa, y recibí los abrazos más sinceros que he tenido en mi vida.

Pero el fondo de todo esto es que los aplausos no fueron para mi, los aplausos fueron a las imágenes, ese footage animado por una música hermosa, eso si, a  mi me correspondió la producción,  que mostraba la gran labor de nuestra querida doña Blanca Rodríguez de Pérez, insigne mujer, a quien voy a querer hasta el último aliento de mi vida, a agradecer, a darle gracias a Dios por haberme permitido estar tan cerca de ella y sentirme arropada por su comprensión, por su respeto a mis inclinaciones, a lo que yo creía era mejor, se abría para entender, me dio la oportunidad de hacerlo, mi creatividad podía desatarse, lo cual significó para mi, no hacer lo que me diera la gana, no, por el contrario, esta fue la primera vez en mi vida que yo trabajaba en mi profesión a modo institucional y esta ha sido la primera vez que cosa alguna me movió los cimientos de tal manera y me impuso a manera grácil el tener que hacerlo más que bien, óptimo, por ella, esa doña y señora, madre, Primera Dama, por su significación, por la labor de envergadura siempre a favor de personas con necesidades.


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